Índice de Reproducción de la Pobreza 2010

Vamos bien, pero estamos mal
Índice de Reproducción de la Pobreza 2010

El Índice de reproducción de la pobreza (IRP) hace seguimiento a la incidencia, generalmente negativa, de la política cambiaria adoptada sobre los niveles de la pobreza de un país. El cálculo del IRP parte del supuesto que en febrero de 2002 un empresario pagaba un dólar por una hora de trabajo. Esta operación además de definir el grado de sobreexplotación laboral instalada en un país por la fuerza de su política cambiaria, tiene la ventaja de permitir compatibilizar los indicadores correspondientes a diferentes países o regiones según sea el caso. 

Así, el análisis comparativo del IRP durante un periodo bastante amplio (2002–2010) para diferentes países, permite evidenciar la existencia de tres niveles de incidencia de los bancos centrales sobre la pobreza de la población de los países involucrados. En este sentido, se pueden definir tres tipos de países: a) los de incidencia baja (hasta el 20%), que integran el “grupo verde” de países con políticas cambiarias socialmente adecuadas; b) los de incidencia media (20–40%) del “grupo amarillo”, con políticas socialmente sostenibles solo en el corto y mediano plazo, pero orientadas a impulsar el desarrollo económico; o, c) los de incidencia alta (más del 40%) que están incluidos en el “grupo rojo” con índices insostenibles de reproducción de la pobreza y fuertes riesgos de ingobernabilidad política.

El primer grupo está integrado por países como Venezuela y Argentina y prácticamente Japón y Chile. Aunque estos dos últimos todavía están dentro del grupo amarillo, junto con China y Perú. Este segundo grupo está compuesto por países con altos niveles de crecimiento económico, sin que para ello tengan que optar por la sobreexplotación laboral. El tercer grupo, el de mayor riesgo, esta compuesto por Bolivia, Brasil y Colombia, países conocidos por sus altos índices de pobreza extrema e indigencia.

Resultados del Informe.
En esta ocasión, el índice correspondiente a la presente gestión (IRP 2010) ha sido actualizado con los datos oficiales del Banco Central de Bolivia (BCB) al 13 de julio pasado. El primer resultado que salta a la vista, es el hecho de que todos los países incluidos en el análisis –todos ellos se encuentran entre los principales socios comerciales de nuestro país– han redoblado sus esfuerzos durante la presente gestión para reducir la incidencia de sus políticas cambiarias en la generación de mayores niveles de pobreza. Así, durante los primeros siete meses del 2010, Bolivia ha logrado reducir su IRP en un 29.3%, al pasar de 70.6% a finales del 2008 a poco menos del 50.0% el 13 de julio pasado. Este importante avance del BCB da continuidad a los logros alcanzados en las gestiones pasadas, luego de que el 27 de marzo de 2008, el país lograra el máximo histórico de 100.5%. Si ampliamos el cálculo a esa fecha, la reducción alcanza a más del 50.3%. Sin embargo, este esfuerzo no logra sacar al país de la lista “roja” de países con alto nivel de reproducción de la pobreza. Esto nos permite advertir de que “vamos bien, pero aún estamos mal”. 


Con relación a los resultados obtenidos durante el 2010 por los principales socios comerciales de nuestro país, hay que resaltar los logros del Japón. A julio del presente año, el banco central nipón logro reducir su IRP 2010 en un 77.7%, al pasar del 14.8% el pasado año a menos 3.3%. Cabe recordar que un IRP negativo significa que la política cambiaria de un país no tiene una incidencia negativa, sino que más bien contribuye a la lucha contra la pobreza. Este importante logro nipón le está por permitir cruzar definitivamente la línea entre el grupo amarrillo y el grupo verde. Por su parte, Chile también pretende inscribir su nombre en la lista verde de “países libres de explotación laboral”. En lo que va del 2010, el vecino país, a pesar de acontecimientos totalmente alejados del área de acción del ente emisor chileno como fueron la Crisis financiera global (2007–2009) y el peor terremoto en su historia reciente (2010), ha logrado reducir su IRP en 34.2%, de 24.6 a finales del 2009 a 16.2% al corte del presente informe.

Otro país que está luchando por cambiar de status es Brasil. El gobierno de Lula está muy próximo a borrar el nombre de su país del grupo rojo de países con sobreexplotación laboral e inscribirlo en la lista amarilla. Es importante resaltar que estos logros se dan justamente cuando el gigante latinoamericano ha logrado impulsar su economía a ritmos superiores al siete por ciento. La caída del IRP 2010 brasilero fue del orden del 64.4%, el segundo en importancia entre los países incluidos en el informe. Sobre este país cabe recordar que su ubicación en el tercer grupo de países se debe a los malos resultados en los primeros años, cuando en febrero de 2003 alcanzó su peor indicador (90,9). Desde ese entonces esta distorsión se fue corrigiendo gradualmente en los siguientes años, hasta que en diciembre de 2008 volvió nuevamente a trepar hasta el 66.9%. En las gestiones siguientes (2009–2010), los ajustes realizados por el gobierno de Lula fueron mucho más contundentes que en el periodo anterior. Así, durante los últimos dos años, la caída del IRP brasilero fue realmente impresionante y alcanzó el 89.1%, para situarse en julio de 2010 en 7.3%. De continuar esta tendencia, no cabe ni la menor duda, que para el próximo informe, Brasil dejará definitivamente la “zona roja”. 

Otros países que han experimentado una importante reducción en el IPR 2010 son Colombia, China y Perú. La caída del 57.0% del IRP colombiano (el tercer mejor resultado registrado en el informe) no ha servido, sin embargo, más que para dar un nuevo indicio de retomar la lucha contra el mal de la sobreexplotación laboral, luego de muchos años que permaneció inmóvil en alrededor del 52.0%. Todo esto parece indicar que Colombia, conjuntamente con nuestro país, difícilmente saldrán de la zona roja. En cuanto a China y Perú, estos dos países han tenido un comportamiento extremadamente similar durante todo el periodo 2002–2010, con caídas en el IRP 2010 del orden del 46.9 y 49.8%, respectivamente. Ambos países están en la zona central del grupo amarillo, por lo que no se espera en el corto plazo ningún tipo de variación en su calificación. 


En cuanto a Argentina y Venezuela, estos países pueden ser declarados como “libres de explotación laboral”. Sin embargo, existen riesgos importantes que pueden cambiar esta situación. Argentina ha incrementado paulatinamente su IRP durante los últimos ocho años y ha pasado de un resultado negativo a otro positivo que alcanza el 9.4%, aunque en el último año a tenido una reducción del 29.2%, lo cual permite ver una leve mejoría. En el caso de Venezuela, la situación es mucho más preocupante. Entre diciembre de 2009 y enero de este año, debido a la adopción de una nueva política cambiaria, el IRP venezolano tuvo un incremento del 1 200.0%, al pasar del 8.1 al 113.8%. Aunque en honor a la verdad, cabe señalar que luego, en los próximos meses el IRP 2010 para ese país ha retrocedido en un 20.8% para cerrar en un 90.1%. Todo esto, podría obligar a Venezuela a pasar al grupo amarillo, abandonando así su larga trayectoria de políticas cambiarias con buen contenido social.

Dr. Renato Eduardo Yáñez Fayad 
Ph.D. en economía
07 de septiembre de 2010

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